La lactancia materna ayuda a prevenir el sobrepeso en los niños y niñas:
La lactancia materna prolongada puede reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad infantil en un 12%, lo que ayuda a combatir enfermedades crónicas graves asociados con estas condiciones, tales como: diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
La lactancia materna hace que los bebés sean más inteligentes:
Los adolescentes y adultos que fueron amamantados de niños obtienen de 2 a 5 puntos más en los indicadores de desarrollo cognitivo. Además, el amamantamiento por 6 meses, en comparación con 4 meses, mejora el desarrollo motriz de los bebés.
La lactancia materna promueve el vínculo afectivo entre la madre y el bebé:
Esto se logra por tener un estrecho contacto inmediato después del parto (tener al bebé en contacto piel a piel), esta relación íntima hace sentir a la madre satisfecha y emocionada.
La lactancia materna protege a las madres contra enfermedades:
Las mujeres que no amamantan presentan un riesgo 4% más alto de padecer cáncer de mama y 27% mayor de cáncer de ovario. También corren mayor riesgo de padecer hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
La lactancia materna reduce los costos asociados con el cuidado de la salud:
Un estudio encontró que por cada 1,000 bebés no amamantados, hubo 2,033 visitas adicionales al médico, 212 días de hospitalización adicionales, y 609 recetas extras por enfermedades como infecciones del oído, respiratorias y gastrointestinales.
La lactancia materna mejora el rendimiento laboral de las madres trabajadoras:
La lactancia materna reduce el ausentismo laboral, mejora la retención de los empleados y la productividad. Las ausencias de un día para cuidar de los niños y niñas enfermos es 2 veces más frecuente entre las madres de los bebés alimentados con fórmulas infantiles.
La lactancia materna es buena para el medioambiente:
La leche materna es un alimento natural y renovable que no necesita envase, transporte ni combustible para prepararse. Por cada millón de bebés alimentados con fórmulas infantiles, se usan 150 millones de envases, los cuales terminan en los vertederos.