Interrumpen la comunicación de las células del cerebro alterando a la serotonina. La serotonina
controla los sistemas de conducta, de percepción y regulación, estado de ánimo, el hambre, la
temperatura, el comportamiento sexual, y las contracciones musculares.
Alteran la distribución de una sustancia llamada glutamato, otro neurotransmisor del cerebro que
está involucrado en el control del dolor, respuesta ante estímulos del ambiente y la memoria.