La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que cada año mueren más de 2,78 millones de personas a causa de accidentes o enfermedades de trabajo y que anualmente ocurren unos 374 millones de lesiones no mortales relacionadas con el trabajo³. El costo de esta adversidad diaria es enorme y la carga económica de las malas prácticas de seguridad y salud se estima hasta en un 3,94 por ciento del Producto Interior Bruto global cada año.

En México, la principal parte lesionada por accidentes en el trabajo son las manos y tobillo, representando 165,050 casos en 2019, los cuales generaron más de 4 millones de días de Incapacidad Temporal para el Trabajo (ITT); con relación a las enfermedades de trabajo, los Trastornos Musculo-esqueléticos en espalda son el principal diagnóstico, con 1,342 casos en 2019, que corresponden al 56% del total de casos de enfermedades de trabajo, los cuales generaron más de 50 mil días de ITT que en total corresponden a aproximadamente a 1,171 millones de pesos considerando el costo promedio de ITT de 2019⁴.

Debido a la pandemia por COVID-19 se identificó que la salud de un número importante de personas trabajadoras no se encontraba en condiciones adecuadas, toda vez que 10 millones de personas en edad productiva presentaban alguna condición de vulnerabilidad, entre los principales padecimientos se encuentran Diabetes, Hipertensión, Sobrepeso y Obesidad, enfermedades del corazón, mismas que generan complicaciones y con ello un mayor número de discapacidades y muertes.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 450 millones de personas sufren de un trastorno mental o de la conducta y alrededor de un millón de personas se suicidan cada año. Cuatro de las seis causas principales de los años vividos con discapacidad resultan de trastornos neuropsiquiátricos (depresión, trastornos generados por el uso de alcohol, esquizofrenia y trastorno bipolar)⁵.