La Organización Mundial de la Salud (OMS), define a la salud mental como un estado de bienestar, en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y tener la capacidad para hacer contribuciones a la comunidad (OMS; & Salud, 2013).
De acuerdo a la definición de la OMS, la salud mental es un componente fundamental para alcanzar el estado de bienestar y esta íntimamente relacionado con el funcionamiento y la productividad del individuo en las diferentes esferas, incluyendo la laboral. El trabajo es una condicionante que aporta seguridad, autoestima, mejora la realización personal, proporciona sentido de pertenencia, entre otras variables que impactan de manera positiva al individuo y al entorno.